Hace mucho que nadie entraba por este rincón, parecía que Relatidos bombeaba a bajo ritmo, tan despacio que algunos pensaron que había muerto, pero la magia no muere, ni las ilusiones tampoco. Estos dias de preparativos en los que todo empieza a funcionar como un engranaje bien encajado, donde veo a mis compañeros brillar, Javier presentando su novela, Juan Jesús como invitado en las jornadas, Daniel con su novela acabada, Rosario a la espera de la respuesta de nuestro ilustre editor particular... Relatidos aún sigue latiendo por mas que pese a muchas personas y yo me siento orgullosa de pertenecer a este grupo de locos.
Nosotros ya acabamos el segundo año, nos licenciamos con honores en esto de ser larvas de escritores, y ya parece todo muy lejano pero no tiene que ser así. No tuvimos nuestra propia celebración, ni nuestros diplomas pero si tenemos la oportunidad de poner un bonito broche final y ese son las Jornadas, es ese punto, no se si final o seguido, que aún no hemos tenido.
A mi me han brindado una oportunidad que no esperaba y era volver a estar al pie del cañón de las redes sociales, esas que estas últimas semanas me traen de cabeza pero que me encantan, la suerte es que no he estado sola sino hombro con hombro con mi sucesor de primero, y he vuelto a sentir esa adrenalina que si en algún momento bajaba ya estaba nuestro gran organizador Javier para volvermela a subir.
He visto caras desanimadas, ilusiones casi perdidas  para estos días y no quiero que esto pase, por eso escribo estas palabras, porque ante todo la ilusión nunca se pierde y porque todos nos necesitamos, somos un equipo, una FAMILIA, a veces disfuncional, pero una familia en la que cabemos todos.
Espero veros a todos este fin de semana, porque Relatidos no debe dejar de bombear nunca.